
ALCORRÍN – CASTILLEJOS: subiendo por Princesa Kristina, un sendero a la izquierda nada más salir de la urbanización nos llevará hasta la Presa de Alcorrín; del siglo XIX y mandada a construir por iniciativa privada de la familia Larios, en relación con el cultivo de caña de azúcar que por entonces se daba en Manilva.
Desde los bajos de la presa y hasta Alcorrín alto, se da encuadre a un enclave oculto y protegido por el cerro de Los Castillejos. A la sombra de esta milenaria fortaleza del Bronce Final se desarrolla un rico hábitat donde proliferan especies vegetales diversas (quejigo moruno y alcornoque, chopos, álamos blancos, sauces, olmos, adelfas, juncos…). Podemos volver, seguir el camino de la loma de Miraflores y continuar la vereda de San Roque a la izquierda, hasta donde el arroyo la cruza, o bien tomar el camino difícil que discurre a media ladera (siguiendo la vereda que hemos dejado unos metros atrás a la derecha y paralela a la presa). Ambas opciones nos llevarán al punto desde donde nos adentraremos en un bosquete de quejigos al otro lado del arroyo, pero la segunda opción ofrece una bonita vista de pájaro de la presa. Una estrecha bajada nos permite cruzar el arroyo, en las cercanías de la Vereda de San Roque. El microclima de humedad permanente ha favorecido la existencia de una comunidad vegetal peculiar y de gran riqueza geobotánica: un bosque marcescente de quejigo moruno o roble andaluz (quercus canariensis), endemismo de interés nacional recogido en el Catálogo Andaluz de la flora y fauna Silvestre Amenazada.
Seguimos la senda de la izquierda. El aspecto de bosque de lianas, sorprende. Pronto llegamos a un alcornoque que da sombra a una fuente natural. Desde este punto vemos el cao del molino y, frente a él, dos derruidos establos. Bajamos por a la fuente y continuamos con cuidado de no acercarnos al aljibe del molino de los Siruela, ahora poblado de aneas. El molino data de la primera mitad del siglo XIX; Si el paso por esta vereda se complica, continuaríamos por la senda anterior con dirección a los viejos establos. Seguimos la vereda que desde el establo sube al camino de Martagina. Una vez arriba, giramos a la derecha, dirección a Los Castillejos. Las vistas de la costa, Manilva, sierra Bermeja y Crestellina, Casares y el Hacho de Gaucín son inmejorables. Bordeamos el cerro de Los Castillejos y nos adentramos a través de los derruidos torreones de la milenaria fortaleza. El camino de Martagina nos conduce a la vereda de San Roque, la tomamos a la derecha y disfrutamos del paseo y de las vistas del valle de Alcorrín alto hasta llegar de nuevo al arroyo; unos doscientos metros más, a la derecha, seguimos el camino de la loma de Miraflores o Princesa Kristina que nos conducirá al punto de partida.
Datos Generales
Distancia: 7 Km (aprox.)
Tiempo estimado: Entre dos y tres horas, según el recorrido y modalidad elegida. Mejor salir por la mañana.
Modalidad: A pié y en bicicleta de montaña. Es posible ir en coche hasta la salida de la urbanización Princesa Kristina.
Dificultad: media – alta por el paso escarpado de las inmediaciones del molino y de la senda que bordea la presa hacia el quejigal.
Época recomendada: Todo el año, presentando mayores dificultades la estación primaveral por la proliferación vegetal que puede llegar a cerrar el paso de algunas sendas.
POR MARTAGINA AL PINAR DE TÁBANOS.
Iniciamos el recorrido en el camino de Martagina, que sube por la arista de la loma que separa los arroyos de Alcorrín y Martagina, desde la N-340 en la urbanización Aldea Hills. Es recomendable observar con detenimiento las plantas de las riberas del camino, sobre todo en primavera, pues, tras algunas nuevas promociones urbanísticas, entre érguenes, aulagas, zarzaparrillas, lentiscos y majuelos, nos puede sorprender alguna orquídea. Después de un kilómetro de subida llegamos a una terraza ocupada por algunas casas de campo y chalés; el camino se bifurca, nosotros seguimos por el camino de Martagina con una nueva subida que nos llevará a Los Castillejos: un cerro cercado por una sucesión de alcores que resultan ser los derruidos bastiones de una impresionante fortificación del segundo milenio antes de Cristo. Este lugar nos ofrece, además de este importante yacimiento del Bronce, unas espectaculares vistas de la costa. Nuestro camino ahora se ve cruzado por la vereda de San Roque, habremos recorrido entonces dos kilómetros y medio; seguimos por pendiente y cruzamos la autopista para continuar por la vereda de la Cañada del apartadero o Camino del Tesorillo. Esta vía pecuaria se abre paso a través de monte bajo por los Llanos de Tábanos y el pinar; fue muy utilizada para el transporte de caña de azúcar desde el valle del Guadiaro hasta el Ingenio de Sabinillas. Kilómetro y medio más adelante y a nuestra derecha podemos andar un poco el camino de Honda Cavada o el de Lobato para asomarnos al pantano del Cautivo (Lago Pajaritos), zona de paso en la migración de patos salvajes. Volviendo a la vereda de la Cañada del Apartadero continuamos unos metros para adentrarnos en el pinar. Dejamos atrás una vieja casona rodeada de corrales y establos y sombreada por un pequeño grupo de alcornoques. El ganado campea a sus anchas en los restos de un pequeño bosque de pino piñonero (pinus pinea) de los años 1912 y 1916. Aunque muy reducido por los incendios, el pinar se abre paso lentamente a través de un importantísimo proceso de regeneración espontánea: son muchos los brotes y pies jóvenes que crecen a la sombra de las aparasoladas copas de los más viejos. Su sotobosque está compuesto por especies como coscoja, sabina, retama, escobón, aulaga, érguen, jaras, jaguarzo, olivilla, mejorana, tomillo, romero, palmito, matagallo…
También aparecen dispersos algunos alcornoques, encinas, acebuches, algarrobos y eucaliptos. Lagartos, salamanquesas, culebras, meloncillos, jinetas, topos, ratoncillos, mochuelos y búhos permanecen ocultos.
Seguimos al sur por el camino del pinar. El paisaje de monte bajo, despejado, ofrece una bonita panorámica del valle del Guadiaro. Unos mil ochocientos metros más adelante, antes de tomar al nordeste la Vereda de San Roque, se nos ofrece una vista inmejorable de la costa gaditana, el Peñón de Gibraltar, la sierra de Los Barrios, de Tarifa y Algeciras, La Almenara y Carbonera de San Roque, y África (una panorámica que realmente merece ser inmortalizada); al sureste, el alcornocal de la loma del Negro, resto de los alcornocales de Cádiz. Cruzamos el túnel de la autopista y subimos hasta el camino de las Huertas de Martagina, a la derecha, y que discurre a media ladera en el margen izquierdo del arroyo a lo largo de mil setecientos metros ofreciendo una bonita panorámica del valle. En su tramo final, unas viejas casas de piedra blanqueada embellecen el entorno (en esta zona crece en primavera la llamativa Boca de dragón). Llegamos así de nuevo al camino de Martagina e iniciamos la bajada de regreso.
Datos Generales:
Distancia: 10 Km. (aprox.)
Tiempo estimado: Según el recorrido y modalidad elegida. Es recomendable salir por la mañana
Modalidad: A pié, a caballo y en bicicleta de montaña. Es posible hacer el recorrido en coche siempre que no haya llovido recientemente, salvo un tramo de Las Huertas de Martagina que en ningún caso admite el paso de vehículos
Dificultad: baja
Época recomendada: Todo el año, presentando mayores dificultades la estación lluviosa por la proliferación de charcos que pueden llegar a cerrar el paso de algunas sendas
MANILVA A SECADERO
Este sendero nos permitirá atravesar el término municipal de Manilva desde la Ctra. Comarcal de Manilva a Gaucín hasta el extremo occidental en la Barriada de Honda Cavada y el Secadero, en Casares, pasando por diversos lugares de interés como son el Puerto La Teja y Cerro Luis, la Presa Pajaritos o del Cautivo, el pinar de Tábanos o el paraje de La Morisca en el Camino de Honda Cavada.
Se inicia el recorrido en el Camino del Tesorillo desde el Cementerio Municipal. Este tramo transcurre por un carril descendente, con fuerte pendiente hasta el arroyo de la Peñuela, desde dónde se inicia una considerable pendiente hasta el Puerto La Teja. En esta zona y en el Cerro Luís, justo al frente, se constató la existencia de restos arqueológicos relacionados con el mundo romano y medieval. Dejando a la izquierda la zona conocida como la Rondana, seguimos por un tramo descendente, por monte bajo hasta la Morera. Una no muy pronunciada subida nos lleva a los naranjales del lago (presa) Pajaritos. Las fascinantes vistas de la costa que nos acompañan durante todo el recorrido, aquí se vuelven inmejorables.
El paisaje de monte bajo, despejado, ofrece una bonita panorámica del valle del Guadiaro, la costa gaditana, el Peñón de Gibraltar, la sierra de Los Barrios, de Tarifa y Algeciras, La Almenara y Carbonera de San Roque, y África (una panorámica que realmente merece ser inmortalizada).
El camino de Lobato, a la izquierda nos lleva al Pinar de Tábanos, justo frente a un antiguo caserón. El ganado campea a sus anchas y el águila real observa desde el aire. Aunque muy reducido por los incendios, el pinar se abre paso lentamente a través de un importantísimo proceso de regeneración espontánea: son muchos los brotes y pies jóvenes que crecen a la sombra de las aparasoladas copas de los más viejos.
Su sotobosque está compuesto por especies como coscoja, sabina, retama, escobón, aulaga, érguen, jaras, jaguarzo, olivilla, mejorana, tomillo, romero, palmito, matagallo… También aparecen dispersos algunos alcornoques, encinas, acebuches, algarrobos y eucaliptos.
Por último, tomamos el Camino de Honda Cavada, a la derecha, último tramo que pasando por la zona conocida como La Morisca, nos lleva hasta la Barriada de Honda Cavada todavía en el término municipal de Manilva.
Datos Generales:
Longitud: 12.000m. (aprox.)
Recorrido: Lineal
Desnivel máximo: 200m
Tiempo estimado: 5 horas
Modalidad: A pié
Dificultad Técnica: baja, con alguna subida pronunciada.
POR LA CAÑADA REAL A SAN ENRIQUE
Este sendero nos ofrece la posibilidad de hacer uso de una de las más importantes vías pecuarias de toda la zona: la Cañada Real de Los Barrios a Estepona.
Descripción:
Desde la N-340, tomamos el camino de Martagina. Pasada la urbanización Aldea Hills, la vía pecuaria se abre paso a la izquierda con una brusca bajada hasta el arroyo de Martagina, para iniciar una subida de unos ochocientos metros hasta la loma del Rey. Toda esta zona de inicio se ve hoy lamentablemente afectada por obras de urbanización.
A medio camino, a la derecha, el arroyo se cubre de álamos blancos y alcornoques; a la izquierda, majuelos, acebuches y un caprichoso almendro que dejamos atrás en el mismo cruce del arroyo. Una vez arriba, pasados unos chalés, continuamos la cañada con una pendiente mucho más suave. Chumberas, pitas, algarrobos, higueras, lentiscos, érguenes, cardos y zarzas cercan la vereda a ambos lados. La loma del Negro al sur se muestra contorneada por el azul intenso del mediterráneo. Salimos momentáneamente del camino por una vereda que se abre paso entre higueras a la izquierda para acercarnos al alcornocal que crece en esta loma negra. Un pequeño reducto de una especie endémica del mediterráneo occidental, fundamental en el proceso de creación y protección de suelo. Además, su papel como generador de una importantísima vida animal es indiscutible. Otras especies acompañan a este pequeño alcornocal: algarrobo, acebuche, majuelo, brezo, enebro, labiérnago, lentisco, cornicabra, mirto, coscoja, aladierno, palmito, rusco, madreselva, durillo, jara del ládano (pringosa) y jaguarzo, genista, cantueso, romero y tomillo, espárrago…
Retomamos la cañada que cruza más adelante la autopista a través de un paso elevado, dejamos a la derecha el Camino del Pinar que se abre paso en zona de cotos, para bajar la pendiente que nos lleva a San Enrique saliendo del término municipal.
Datos Generales:
Zona: Tramo Cañada Real de los Barrios a Estepona.
Longitud: 7.000m. (aprox.)
Recorrido: Lineal
Tiempo estimado: 5 horas
Modalidad: A pié
Dificultad Técnica: Esta ruta es de dificultad baja, con una única subida pronunciada en el primer tramo, desde el arroyo de Martagina.
POR EL CAMINO VIEJO A CASARES
Esta última ruta nos dará la oportunidad de adentrarnos en pleno campo casareño por uno de los caminos más transitados por las mulas de nuestro abuelos.
Descripción: Desde la N-340 subiremos por la margen derecha del Río Manilva, por el camino de las vegas de Casares paralelo a la Colada del Molino del Duque. Recorridos unos 2500m tomaremos a la derecha la pendiente del Camino Viejo a Casares, a izquierda y derecha del camino nos llama la atención dos viejas construcciones: “La Bodega” que nos sorprende por su señorial aspecto y por su parapeto de monumentales palmeras; y los restos del “Ingenio Chico”, parte del acueducto y algún muro medio derruido de lo que fue la fábrica de azúcar de los duques de Arcos. Quizás tengamos suerte y nos sorprenda el majestuoso vuelo de una garza real que ronda por aquí. Tras una media hora de camino podremos contemplar desde lo alto fantástica Sierra de la Utrera y el desfiladero que nace en la zona conocida como “Los Llanos”, y que baja a lo largo de aproximadamente mil setecientos metros de longitud hasta el camino a Los Baños, junto a la ermita de San Adolfo.
La sierra es un pequeño macizo kárstico que nos muestra un paisaje similar al del Torcal de Antequera, pero de menores dimensiones. Más adelante podremos contemplar el curso del río Manilva y las dos charcas, la del Infierno primero y la de La Paloma después, que se generan a lo largo de su recorrido. A nuestro paso asomarán varias viejas bodegas que vienen a dar fe de la antigua dedicación de estas tierras; lo que antes eran campos de viñas ahora es monte bajo. Todavía alguna vieja muela recuerda las largas jornadas de trabajo de otros tiempos.
Datos Generales:
Distancia: 9 Km. (aprox.)
Tiempo estimado: Según la modalidad elegida. 2:30h a pie.
Modalidad: A pié, a caballo y en bicicleta de montaña. Es posible hacer el recorrido en coche. Dificultad: baja.
LA PEÑUELA, VIZCARRONDA Y CHORRO MANSO
Es un recorrido por tres de las fuentes públicas más conocidas de Manilva y más visitadas por nuestros ancestros. Hoy, el área de m. ambiente del ayuntamiento de Manilva realiza las gestiones necesarias para mejorar el recorrido peatonal que comunica las tres fuentes.
El lugar conocido como La Peñuela, fuente natural y centro de reunión hasta no hace demasiados años de muchas mujeres manilveñas, cuenta con una tradición histórica de gran interés para el pueblo.
Se sitúa en un pequeño valle por donde discurre el arroyo del mismo nombre, entre la loma de los Mártires y las Lomas de Don Pedro. El acceso a la Peñuela se hace, desde la iglesia de Santa Ana, a través de la calle Peñuela, en la zona sur del núcleo urbano conocida tradicionalmente como “Hondón”. O bien a través del camino de Jacinto Porro, un poco más al Oeste. Por uno u otro acceso, seguimos el cauce del arroyo hasta la fuente, a través de un paseo engalanado de chopos, álamos blancos, sauces, pinos, alcornoques, algarrobos, tarajes, majuelos, adelfas… producto de reforestaciones realizadas por éste Área en colaboración con alumnos del Colegio Pablo Picasso.
Frente a la poza más pronunciada del arroyo (muy colmatada en la actualidad) adornada de majuelos, juncos y aneas, vemos la fuente: incansable chorro de agua fresca y cristalina que ha dado de beber a varias generaciones. Totalmente integrada en su entorno y cobijada por la vegetación, el agua brota de una pared de formaciones areniscas y vierte en una pila de construcción reciente. Subiendo por la vereda que dejamos atrás, en la bifurcación, se aprecia cómo el agua discurre a través de pequeñas pozas escalonadas que provocan una bajada rápida en pequeños saltos de agua.
Continuando el curso del arroyo de la Peñuela, y siguiendo el paseo peatonal del mismo nombre llegamos a la segunda Fuente, la de La Ocasión. Con una peculiar edificación que la protege a modo de pequeña ermita. Hoy se encuentra enmarcada por una pequeña plazoleta ejecutada gracias a los trabajos de las áreas de Medio Ambiente y Agricultura de este Ayuntamiento.
Para alcanzar la última fuente, seguimos el curso del arroyo por el recientemente recuperado camino de Manilva a San Roque que nos lleva hasta la VIZCARRONDA.
Pero en esta ocasión seguiremos el curso del arroyo hasta la Fuente, en el camino del Chorro. Al comenzar la pendiente encontramos a nuestra izquierda la fuente conocida como El “Chorro Manso”;
Datos Generales:
Distancia: 2000m.
Modalidad: A pié, a caballo y en bicicleta de montaña.
Dificultad: baja.
Época recomendada: Todo el año.