

Ronda se sitúa en la zon más noroccidental de la provincia de Málaga, en una cuenca rodeada de montañas de gran continuidad y mediana altitud, confiriéndole un carácter inaccesible que, junto a sus características climáticas, hidrológicas y de suelo, la han determinado a lo largo de su historia. Ronda, una de las ciudades más antiguas de España, Ronda tiene sus orígenes en la Prehistoria, destacando entre sus restos más importantes la Cueva de la Pileta, verdadera reliquia del arte rupestre andaluz, así como los numerosos conjuntos de monumentos megalíticos, entre los que destacan el Dolmen del Chopo.
De época romana son numerosos los vestigios dispersos por la Comarca, aunque sobresale, de entre todos, el yacimiento arqueológico de la ciudad romana de Acinipo. No obstante, es el legado cultural árabe el más perceptible en Ronda y su territorio. La Ronda musulmana alcanzó gran importancia siendo capital de una de las cinco Coras de al-Andalus. Su cultura quedará impregnada a lo largo del tiempo en nuestro urbanismo, gastronomía, tradiciones, sistemas de cultivo, etc…
Será con la conquista de la ciudad (1485) por los Reyes Católicos, cuando se produzca una nueva reorganización cultural, y de la fisonomía de la ciudad, aunque será en el siglo XVIII el que remarque definitivamente el papel de la ciudad en el contexto de Andalucía. Es en esta época cuando se construyen los monumentos más significativos y emblemáticos de Ronda: el Puente Nuevo y construcciones emblemáticas como la Plaza de Toros.
La imagen romántica de la ciudad se forja, sin duda, durante el siglo XIX, con el bandolerismo y la tauromaquia causando una profunda impresión en muchos insignes viajeros. Ambos aspectos se han convertido desde entonces en símbolos de nuestra cultura y tradición. No obstante, la riqueza cultural y tradicional de Ronda es mucho más amplia y diversa que estos agradables tópicos, y es en esa diversidad en la que se basa el atractivo actual de Ronda.
Blas Infante

La ciudad malagueña de Ronda tiene un significado especial en la biografía de Blas Infante, pero sobretodo, tiene una gran relevancia en la historia reciente de Andalucía porque fue el lugar elegido para la celebración en 1918 de la Asamblea donde se fundaron las bases del andalucismo. Si años antes, en 1916, se funda el primer Centro Andaluz en Sevilla con el propósito de crear un órgano de expresión de la realidad cultural y social de Andalucía. Comienza de este modo a dar forma a la lucha por la Autonomía. En este sentido, Blas Infante promueve la celebración de la Asamblea de Ronda de 1918, donde se asume la Constitución Federal de Antequera de 1883 que pretendía la integración en un Estado conformado por varias entidades territoriales. En esta misma Asamblea se aprueban la bandera blanca y verde y el escudo de Hércules triunfador como símbolos de la Autonomía de Andalucía. El colofón a este trabajo político de unidad se da 1919 cuando se redacta el Manifiesto de Córdoba, en el que reivindica a Andalucía como nación.