Patrimonio

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Iglesia de San Pedro Apóstol

Edificio declarado Bien de Interés Cultural. Corresponde al estilo barroco en su momento de transición al neoclasicismo. La iglesia fue construida a partir de 1780 sobre una iglesia anterior de estilo mudéjar, que hubo de derribarse como consecuencia del deterioro que había sufrido desde la época de su construcción, a lo que hubo de sumarse el daño ocasionado al edificio por el terremoto de Lisboa (1755). Su construcción finalizó en  1801.

La primera fase la realizó el arquitecto Antonio de Figueroa, actuando como maestro de obras Antonio Caballero, alarife ecijano que labró las portadas norte y sur. La segunda fase comenzó después de la paralización que sufrió la obra en 1788 debido a un fallo en la estructura de la cúpula.  Se inició de nuevo en 1794 bajo la dirección del Maestro Mayor de la diócesis de Sevilla José Echamorro, que la finalizó y levantó la torre.

El templo tiene planta de salón de tres naves y testero plano. Las naves están cubiertas con bóvedas vaídas y el crucero con una airosa cúpula sobre pechinas, decorada con yeserías. En el exterior, la cúpula presenta un tambor con ventanas y una media naranja, construida con ladrillos dispuestos horizontalmente en forma de rosca dentada, rematando el conjunto una linterna adornada con estípites.

En el interior, destacan un Crucificado del siglo XVI, situado a los pies de la nave de la Epístola, el retablo mayor neoclásico y el decorativo retablo de la Capilla Sacramental, tallado y dorado en la plenitud del barroco, decorado con columnas salomónicas y con óleos sobre tabla cuya iconografía se refiere a los Misterios del Rosario. Es también una obra notable el órgano de la parte alta del coro, que se montó en la iglesia en 1801. Todos estos elementos muebles están igualmente catalogados como B. I. C.

Casa de la Cultura

El edificio alberga el antiguo Ayuntamiento de Peñaflor, es de planta rectangular con patio de igual forma. Consta de dos plantas, y la inferior está cubierta de bóvedas de aristas en la nave que da a la fachada principal. 

Este edificio se encuentra situado en la plaza principal del pueblo, siendo el antiguo pósito. Tanto la iglesia como éste, se construyeron al mismo tiempo y parece ser que sirvió de almacén para la construcción de dicha iglesia. En el conjunto del edificio se ve un buen reflejo de la arquitectura popular, ya que su trazado no es simétrico, como es costumbre en el XVIII, así como en la planta alta, las dependencias están a distintos niveles.

En la actualidad ha sido recientemente restaurado para albergar la Biblioteca Pública y el Archivo Municipal.

Casas Palacio

Dentro de la arquitectura civil destacan la Antigua Casa-Cuartel y la Casa Rectoral, ambas del siglo XVIII. Sus plantas responden a la estructura típica de una casa de la época en torno a un patio central, con dos plantas. La planta alta presenta una galería que cumple la función de distribución de dependencias. Las fachadas, a pesar de su gran austeridad, representan el barroco sevillano del final del período, en su transición hacia el arte neoclásico. En la primera, destaca su portada labrada en piedra, mientras que la portada de la Casa rectoral está construida en ladrillo. 

Convento de San Luis del Monte

El edificio del Convento de San Luis del Monte fue construido en el siglo XVIII en estilo barroco. 

Sin embargo, la fundación de este convento de la Orden Franciscana data de 1492. El primitivo convento estaba ubicado en las estribaciones de Sierra Morena, a 6 km de Peñaflor, donde todavía se conservan una fuente y algunas ruinas.

En 1731, se decide el traslado del convento desde la sierra al pueblo de Peñaflor. Las obras del nuevo edificio, que es el actual, comienzan en 1750 y finalizan en 1766.

La planta del templo es de una sola nave de cruz latina compartimentada por pilastras toscanas. En su interior destacan la bóveda de cañón con arcos fajones y el ancho entablamento de orden dórico que recorre toda la iglesia. El espacio del crucero se cubre con una cúpula encamonada o falsa cúpula sobre pechinas, de forma semiesférica, cuyo intradós está decorado con yeserías que representan motivos franciscanos. La cúpula presenta al exterior un cimborrio octogonal en el que se abren ventanas que dan luz al interior y cuya techumbre está conformada a ocho aguas con tejas árabes.  Una obra notable es su retablo mayor, barroco, en el que aparece un detalle curioso y algo sorprendente: está representado un escudo de la orden dominica en un convento franciscano. Está presidido por la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que ocupa el primer cuerpo de la calle central del retablo. La razón de ello se debe a que el convento fue construido sobre la ermita que la hermandad de dicho nombre poseía en las afueras de Peñaflor. 

En el exterior cabe destacar la fachada principal, construida en ladrillo de fachada o paramento, que se encuentra a los pies del templo.

En 1835, el edificio fue afectado por la desamortización de Mendizábal, por lo que los frailes tuvieron que abandonar el convento; sus propiedades fueron expropiadas por el Estado y subastadas. En 1911, se establecen en el convento las Hermanas de la Cruz, donde permanecieron hasta mediados de la década de 1970. En la actualidad, el templo constituye la sede de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y acoge las imágenes titulares de dicha hermandad.

Ermita de los Santos Mártires

Construcción del siglo XVIII adosada a una tumba de época romana excavada en la roca. 

Situada en la calle Blancaflor, la ermita está compuesta por una tumba rupestre romana —que hace las veces de capilla—, una pequeña antesala y una agraciada espadaña, añadidas ambas en el siglo XVIII. Está dedicada a san Críspulo y san Restituto pues es en este lugar donde una leyenda sitúa el martirio que sufrieron los dos santos a manos de los musulmanes en el siglo IX, durante la época del Emirato de Córdoba. En el siglo XVII, el Ayuntamiento los declaró patronos de Peñaflor, al atribuir la finalización de una epidemia de peste a la intercesión de los dos mártires.

En 1995, se recuperó la festividad de los Santos Mártires por parte de los vecinos de la calle Blancaflor, en colaboración con la Asociación Cultural Amigos de Peñaflor, con la celebración de una verbena que, a partir de entonces, se celebra cada 10 de junio.

Ermita de Nuestra Señora de la Encarnación

Está ubicada sobre el Yacimiento Arqueológico de Celti (B.I.C.), en la calle San Pedro. 

Edificio del siglo XVIII. El templo se presenta con planta rectangular de una sola nave cubierta con armadura de madera. El presbiterio tiene cúpula barroca decorada con yeserías, fechada en 1766, según inscripción que reza en la propia cúpula. El retablo barroco alberga la imagen titular de la ermita, la Virgen de la Encarnación. La portada lateral, también barroca, es de 1778.

Después de haber sido restaurada, la ermita aloja el Archivo Municipal (histórico) de Peñaflor y en ella se celebran conferencias, exposiciones, conciertos, etc., además de constituir la sede de la Hermandad de la Virgen de la Encarnación.

Ermita de Nuestra Señora de Villadiego

El origen de la ermita es el torreón medieval de Villadiego, de finales del siglo XIII. De estilo mudéjar, es de planta octogonal y está coronado con almenas. Su interior tiene dos plantas cubiertas con bóvedas, la inferior es semiesférica y la superior vaída. 

Esta fortificación fue levantada por la Orden Militar del Hospital de San Juan de Jerusalén en las tierras del señorío sanjuanista que se entendía entre Córdoba y Sevilla siguiendo el curso del Guadalquivir, cuya cabeza fue Setefilla con Almenara y posteriormente Lora.

En 1319, durante la minoría de edad del rey Alfonso XI, tuvo lugar en este torreón la reunión de la Hermandad General de Andalucía, institución en la que estaban representados los concejos de Jaén, Córdoba y Sevilla.

Adosado al torreón se encuentra el edificio de la ermita, igualmente mudéjar, cuyo presbiterio tiene bóveda esquifada o de paños sobre trompas con arcos de herradura apuntados. Un arco ojival de amplia luz comunica el presbiterio con la nave central del templo. La planta de éste es de tipo basilical, con tres naves separadas por arcos de medio punto sobre pilares.

En el patio de entrada se ubica una colección de piezas arqueológicas romanas.

La ermita está consagrada a la Virgen de Villadiego, cuya imagen se venera como patrona de Peñaflor. El 14 de agosto, una romería acompaña a la imagen desde la ermita al pueblo, regresando a su ermita el primer domingo de octubre.

Fábrica de Harinas

Fabrica fundada en 1870, a raíz de la llegada del ferrocarril a Peñaflor. El primitivo edificio, construido en piedra se incendió en 1924, reconstruyéndose en 1926. A partir de 1963, en que se produce su cierre, entra en un progresivo abandono, vuelve a arder en 1980, que ha ocasionado el lamentable aspecto que presenta hoy. En su siglo de historia estuvo siempre movida por energía hidráulica producida por el Guadalquivir.

El Higuerón

Construcción ciclópea ubicada en la orilla derecha del Guadalquivir, a pocos metros del río. En la actualidad, este imponente muro pétreo forma parte del yacimiento arqueológico de Celti y está catalogado como Bien de Interés Cultural. 

No está del todo claro el origen y la función de El Higuerón. En relación con su origen, una hipótesis que nos parece muy probable —por paralelismos con otras construcciones similares del mismo contexto histórico y con cronología comprobada— es que fuera erigido durante el período ibero-romano, con lo que se dataría así entre los siglos II-I a. n. e. En cuanto a su finalidad, según los vestigios arqueológicos conservados, la hipótesis que planteamos es que se trata de una edificación levantada con una doble función defensiva: en primer lugar, como un bastión integrado en la muralla para defender la ciudad desde su plataforma superior ante un posible ataque o incursión desde el área del río; y en segundo lugar, dada la propia robustez de la construcción, como un muro de contención y defensa de la ciudad romana ante la fuerza y violencia de la corriente en las grandes crecidas del río. 

Hasta ahora se han barajado diversas opiniones sobre su origen y función por parte de diversos historiadores y arqueólogos que, aunque difieran en cuanto a la cronología y la finalidad de esta construcción, están en consonancia con el contexto histórico de este monumento. Pero, al margen de los dictámenes de los especialistas en la materia, lo que parece claro es que El Higuerón ni fue un puerto o un muelle en el que atracaran los barcos, ni fue una construcción fenicia, como es veredicto muy extendido entre el imaginario popular desde que se comenzó a hablar sobre este monumento tan singular.

Recinto amurallado y cuevas

En la parte posterior de la iglesia de San Pedro Apóstol y sobre las casas de la calle de las Cuevas, se encuentra el castillo almohade, levantado en el siglo XII. Tras la conquista cristiana, hacia 1240, constituyó el núcleo de la ciudad medieval y junto a él se extendió el caserío, cuyo trazado ha permanecido en el barrio denominado la Morería, de calles estrechas y sinuosas; barrio al que se recomienda una visita. Escasos son los restos del castillo: sólo quedan dos lienzos de tapial, los correspondientes a la muralla sur y a la occidental.

En la calle de las Cuevas, se conservan varias covachas excavadas en la roca, cuya utilidad fue la de servir de enterramiento en una de las necrópolis con que contaba la ciudad romana de Celti. Actualmente, tales cuevas son utilizadas como habitaciones de desahogo o trasteros por los propietarios de las casas situadas bajo las murallas del castillo medieval.

Se ha restaurado una de estas tumbas romanas y es visitable, previa petición de la llave en el Ayuntamiento. La visita es de interés arqueológico y etnológico.

Yacimiento Arqueológico

La ciudad romana de Celti aparece mencionada varias veces en textos antiguos: Plinio la cita como un oppidum o ciudad que formaba parte del conventus jurídico Hispalense; también aparece en el Itinerario de Antonino, situada en un punto intermedio de la vía o calzada que desde Astigi llevaba a Emerita Augusta (Écija-Mérida).

Las excavaciones arqueológicas sistemáticas que se han realizado en el yacimiento han revelado que en él hubo un asentamiento humano ininterrumpido durante más de 1.000 años, desde el siglo IX-VIII a. n. e. hasta el siglo VII n. e. (al menos hasta el 619, que es la última referencia escrita sobre Celti en el II Concilio de Sevilla).

El Yacimiento arqueológico de Celti está catalogado como Bien de Interés Cultural.

Capiteles, pedestales y fustes de columnas romanas se encuentran repartidas por el centro del pueblo como elementos protectores de las esquinas de edificios y calles. El más bello ejemplo de todos ellos es un capitel del Alto Imperio en la confluencia de las calles Nueva y Blancaflor. Otros fustes y basas de columnas refuerzan las esquinas de la iglesia.

Sendero y Castillo de Almenara

Construcción defensiva de época musulmana, ubicada junto al km 7 de la carretera SE-140, de Peñaflor a Puebla de los Infantes. Se sitúa cronológicamente en el período almohade, en el siglo XII.

Las primeras referencias que se conocen son de las crónicas árabes, que relatan las incursiones o razzias de tropas cristianas en el siglo XII en la comarca de la Baja Andalucía. Alfonso VIII, en 1182, penetró en algarada en tierras de Córdoba y Sevilla; gracias a la cual los castillos de Setefilla y Almenara (Almenar) pasaron por un tiempo a manos castellanas, aunque poco después éstos caerían de nuevo en poder de los almohades. A partir de 1240, se produjo la incorporación definitiva de Setefilla, Lora y Almenara por capitulación al reino de Castilla, así como otros castillos de menor importancia dependientes de este último, como Peñaflor (Pennaflor) y Malapiel. En la actualidad, el castillo de Almenara se encuentra en un lamentable estado de deterioro y abandono, siendo los vestigios conservados de época cristiana en su mayor parte.

Para visitarlo consultar con el Ayuntamiento. Itinerarios: 

a) El primer intinerario parte del km 4.700 de la SE-140, a la izquierda de la carretera. Se inicia en la cancela con el nombre de “El Castillo”; a continuación, se desciende en línea recta hacia el arroyo, del que parte una vereda en dirección norte hasta llegar al pie del cerro en que está emplazado el castillo.

b) El segundo parte del km 7.900 de la SE-140. Después de pasar una primera cancela situada a la izquierda de la carretera, se continúa por el camino en dirección suroeste hasta llegar a una zahúrda; desde este punto se sigue el camino hacia el sur y se llega al castillo. Es un itinerario fácil.

Antes de iniciar ambos itinerarios, en el km 1 de la SE-140, se puede observar a la izquierda de la carretera un pequeño tramo del acueducto romano que partía desde la fuente de Almenara y, después de recorrer 4’5 km, suministraba agua potable a la antigua ciudad de Celti.