Patrimonio

PATRIMONIO

CASA NATAL DE BLAS INFANTE

Hoy, además de ser un punto de información turística, la casa alberga una exposición permanente con fragmentos de la vida y obras de Blas Infante que nos acercan a un mejor conocimiento de su pensamiento y de su propia persona. La casa museo de Blas Infante es un museo dependiente del Centro de Estudios Andaluces y fue inaugurado el 28 de febrero de 1998 y el 2 de diciembre de 2013 se muestra al público reformada con la colaboración de la Dirección General de la Memoria Democrática de la Junta de Andalucía.

El museo tiene tres salas. La sala I, «En defensa de Andalucía», Esta sala trata sobre el Andalucismo Histórico.  La conexión entre el andalucismo Histórico y la defensa de Andalucía en la actualidad no se entiende si no miramos hacia aquellos que lucharon por su identidad y territorio ya a finales del siglo XIX.  No se entiende tampoco  Andalucía si no miramos nuestra historia más reciente: la lucha por la tierra, la vivienda, la cultura andaluza…

Por su parte, la sala II, «La Casa», está dedicada a la casa en sí, debido a que se expone una antigua cocina de carbón y una estantería llena de utensilios y objetos típicos de las casas andaluzas de finales del siglo XIX. Además, esta sala alberga una colección de cuadros de Vázquez de Sola, Ocaña, Juan de Loxa, Alberti y Paco Cuadrado.

Por último, en la sala III, «Blas Infante», encontramos una exposición de la vida y obra de Blas Infante, además de poder visionar el documental Casares, tras los pasos de Blas Infante de la directora sevillana Hazeina.

Se realizan visitas guiadas en la Casa Natal. Más información: 952 89 55 21.

Email: turismo@casares.es

FUENTE DE CARLOS III

Perteneciente a las reformas hidráulicas del siglo XVIII, la Fuente de la Plaza se acabó de construir en el año 1785, bajo el reinado de Carlos III. Se trata del remate de una obra que, a lo largo del siglo XVIII se realiza para encauzar el agua del manantial y pozos situados en el Puerto de las Viñas, y llevarla al centro del pueblo; obra a la que pertenece también la conocida como Fuente de La Arquita, centro de distribución del agua a lo largo de dos kilómetros hasta la plaza de España.

Junto a la construcción de esta obra, Casares inicia a finales del XVIII y principios del XIX una serie de mejoras en la red pública, tanto de abastecimiento como de cloacas de aguas residuales, que aún hoy en día se conservan. La fuente de la Plaza, de estilo neoclásico, se compone de tres cuerpos, y en su interior se conserva el odre de cerámica que distribuye el agua a los cuatro caños, cuya salida al exterior se hace por cuatro grifos que dan a cuatro piletas del mismo material que toda la obra. El cuerpo bajo y el central están compuestos por piedras labradas de arenisca que forman cuatro volutas y cuatro toros. La parte última la componen cuatro lajas de la misma piedra rematadas por cuatro piñas sobre molduras y un casquete esférico rematado por un castillo del mismo material.

Hoy, y aunque ha sufrido varias reformas, la fuente conserva su aspecto y estructura originales, y de ella sigue brotando el agua fresca de la sierra.

Cuando se construyó aún no había acometida de agua potable en las casas del pueblo, por lo que la estampa típica de las mujeres y los niños llenando cántaros de agua en sus caños tuvo un lugar hasta bien avanzados los años 50 y 60. Según cuenta la leyenda popular, el hombre o la mujer solteros de fuera del pueblo que beban agua de la fuente, se quedarán a vivir en Casares porque encontrarán pareja aquí.

MONUMENTO A BLAS INFANTE

En mayo de 1976 Casares se convierte en el centro de todas las miradas.  La iniciativa del entonces alcalde, José Navarro Ferrer, de inaugurar un monumento a Blas Infante en la Plaza de España está considerada como el primer acto de transición política andaluza.

Aprobado por pleno municipal el 20 de enero de ese mismo año el acto preveía descubrir el busto de Blas Infante, por parte de sus hijas, la izada de la bandera andaluza, junto a la nacional y la intervención de personalidades entre las que destacaban los políticos Felipe González y Rojas Marcos, un representante del colegio de Notarios, y Pascual Carrión, Catedrático de Economía Política y Agraria.

Era el primer homenaje al precursor del andalucismo tras su fusilamiento en 1936 y cuando la dictadura daba sus últimos pasos.

El monumento, realizado por el escultor malagueño Antonio Leiva, es colocado en plaza sin embargo el gobernador civil de Málaga, José González de la Puerta, se opone a la celebración del homenaje en las dos fechas propuestas que eran el 2 y el 23 de mayo.

Muchos casareños tienen retenido en su memoria los días 1, 2 y 23 de mayo cuando la Guardia Civil restringe el paso a Casares en la única carretera de acceso, la de la Costa. No obstante, son muchas las personas de fuera queriendo celebrar el acto entran al pueblo a través de caminos y carriles. El 24 de mayo José Navarro es suspendido como alcalde.

El homenaje no se llega a celebrar en Casares, aunque el asunto se convierte en tema destacado en los medios de comunicación.

El busto del ilustre casareño se conserva en la Plaza de España.  Es el punto de encuentro de casareños y casareñas el día de Andalucía donde se hace una ofrenda floral, por parte de las diferentes asociaciones, colectivos y partidos políticos municipales, y se canta el himno de Andalucía.

ERMITA DE SAN SEBASTIÁN

Pequeña ermita del s. XVII, situada en la Plaza de España. De planta basilical (una sola nave), destaca por albergar en su interior la imagen de Ntra. Sra. Del Rosario del Campo, patrona de Casares; en Casares existe una gran devoción a la patrona quien cuenta con una hermandad. La imagen en el mes de mayo es trasladada a su Ermita, junto al cruce de los ríos Genal y Guadiaro, para celebrar su Romería. La celebración suele coincidir con el penúltimo fin de semana de mayo.  El primer sábado de septiembre se celebra el día de la virgen en el pueblo.

CENTRO REGIONALISTA ANDALUZ DE CASARES

El 23 de febrero de 2018,  año en el que se celebra el centenario del Centro Regionalista Andaluz de Casares, que fue fundado bajo el patrocinio de Blas Infante siguiendo las directrices del Congreso Andalucista de Ronda, que tuvo lugar a principio de 1918, se descubre una placa conmemorativa en la vivienda que fuera sede del Centro Regionalista Andaluz de Casares, en calle Villa, número 46, casa amillarada bajo esta adscripción ,con tres plantas, patio interior  y con un valor pecuniario de 1750 pesetas

Este centro tendrá su máximo apogeo a principio de los años veinte con más de 600 asociados pero el 26 de diciembre de 1926 se producía la disolución de dicho centro.  Durante la dictadura de primo de Rivera (1923 – 1930) y a pesar de la constancia de su presidente que era D. Mauricio Ortega Gavira, el Centro Regionalista Andaluz de Casares sufre una gran crisis de afiliados y programa motivado  por la acción de la Unión patriótica  de Casares.

Al cerrarse el centro se cede la casa para que continúe su actividad  escolar D. José Gavira Ruiz, “Maestro Gavirita”, quien ha ocupado cargos en diferentes etapas del Centro, con el fin de mantener la escuela de niños y debido a las deficiencias educativas de ese tiempo en Casares.

El Andalucismo histórico vuelve a renacer en Casares el 4 de junio de 1930, en la Sociedad Centro Andaluz de Casares.  Esta sociedad está en activo hasta el 8 de mayo de 1932, fecha en la que se disuelve para integrarse en un frente único y de todas las fuerzas progresistas de Casares, la Sociedad La Defensa del Trabajo, sindicato de carácter obrerista

Antes de su cierre, La Sociedad Centro Andaluz de Casares cede el aprovechamiento en usufructo de esta casa al Ayuntamiento de Casares bajo dos condiciones.  La primera, que sea utilizada para Escuela de Niñas.  La segunda es que el usufructo – alquiler – por esta cesión al Ayuntamiento sea para el beneficiario D. José Gavira Ruiz.

El 11 de septiembre de 1932 se funda la Agrupación Liberalista de Casares con sede en la Plaza de España, número 9.

“Se nombra  al paisano D. Blas Infante Pérez apóstol del credo andalucista y que con gran valentía a tiempo lucha por la liberación de Andalucía”

CENTRO CULTURAL BLAS INFANTE

Ubicado dentro de la antigua fortaleza es el resultado de la reconstrucción integral de la antigua iglesia de la Encarnación del siglo XVI que a su vez se edificó sobre una antigua mezquita de la que todavía se conserva el alminar.  La reconversión del edificio, que se encontraba en ruina desde los años cuarenta, comienza con la cesión del mismo al Ayuntamiento de Casares, por parte de la Diócesis de Málaga, en 1988.  Diez años más tarde se redacta el proyecto de recuperación, y en 2005 comienzan las obras de rehabilitación que se prolongaron durante 5 años.

En Julio de 2010, conmemorando el 125 aniversario del nacimiento de Blas Infante, fue cuando se inauguró.

Es un edificio lleno de historia que ofrece un extenso abanico de posibilidades culturales al pueblo de Casares. En él se llevan a cabo exposiciones, congresos, espectáculos,  representaciones teatrales, musicales, humorísticas… además de ser el lugar elegido para el ya consagrado Festival de Nuevo Cine Andaluz.

Este edificio también alberga tres salas dedicadas a la historia y cultura de Casares. Una sala con restos arqueológicos que van desde la prehistoria al siglo XIX, una segunda sala dedicada a la gastronomía y el folclore donde se da a conocer utensilios antiguos que se encontraban en las casas andaluzas, también da a conocer la gastronomía y el folclore casareño. Una tercera sala dedicada al cine con un proyector de los años 30 y una última sala dedicada a la agricultura donde encontramos aperos de labranza y reproducciones en miniatura de estos aperos.

Se pueden realizar visitas guiadas. Más información: 952 89 55 21.

Email: turismo@casares.es

RUINAS DE LA FORTALEZA Y CASTILLO DEL SIGLO XIII

Esta fortaleza está formada por el castillo, construido en época andalusí, domina la cima de la montaña y sus murallas delimitaban la extensión de Casares. Además de restos de la muralla, se conservan también parte de los muros y torres del Alcázar, situado en la parte más elevada. El cementerio municipal se sitúa dentro de la fortaleza.

Desde su ubicación se dominan los valles, colinas y llanuras costeras que se extienden desde la serranía de Ronda hasta la Bahía de Algeciras, teniendo enlaces ópticos con Jimena, Castellar y Gibraltar. Servía por ello de elemento de comunicación entre las ensenadas litorales de Manilva y Estepona y las fortalezas, torres y aldeas del interior, así como con la ciudad de Ronda.

Los restos que se conservan de la fortaleza, así como los resultados de las diversas excavaciones realizadas en su solar, no arrojan datos sobre asentamientos anteriores al medievo. Así, las primeras referencias a esta fortaleza son de fuentes árabes del siglo XIII, cuando, formando parte del protectorado benimerín, Casares adquirió gran importancia como una de las fortalezas situadas entre el litoral del Estrecho y la Serranía de Ronda.

El recinto amurallado tiene forma de polígono irregular con diversos entrantes y salientes provocados por los condicionantes topográficos, ya que el muro, especialmente en sus partes sur, oeste y norte, sigue el borde de un profundo barranco conocido como “La Planá”. Es por ello por lo que la muralla no llega a tener gran altura, siendo en algunas partes (principalmente al borde del barranco) un simple muro quitamiedos. El perímetro del recinto es de 770.50 metros, y su superficie alcanza los 23.692 metros.

Con respecto a las puertas de ingreso, en el flanco se encuentra la única puerta de acceso a la fortaleza, conocida como “Arco de la Villa”. Se abre en el interior de una torre de planta cuadrada, formando un pasadizo acodado. Una segunda puerta se abre en el ángulo norte de la muralla; puerta que daba acceso al arrabal, y que es conocida como el “Arco del Arrabal”.

ERMITA DE LA VERACRUZ

Ubicada dentro de la fortaleza en 1811 tras ser utilizada la original, sita en el cerro del calvario donde finalizaba el vía crucis, como polvorín.  En 1845 aún permanecía abierta al culto.

CEMENTERIO MUNICIPAL

Situado dentro del Castillo-Fortaleza que corona al pueblo, es un elemento singular por su forma circular (adaptada a la orografía) y por la costumbre casareña de encalar los nichos, que hacen de este lugar una muestra de nuestra cultura y costumbres populares. Su situación le confiere un importante interés paisajístico, se recorta como remate de la cortada que cierra el conjunto al sur. Lo rodea un cerramiento vario, de fábrica mixta, siguiendo las pendientes, tiene partes enjalbegadas y otras zonas descuidadas, debido a la dificultosa accesibilidad. La portada, muy discreta, es un arco de medio punto abierto en la cerca y coronado con una hornacina. Contiene uno de los conjuntos más interesantes de la zona de bóvedas trasdosadas. No se conocen datos históricos, en el Ayuntamiento consta únicamente la reforma de 1901. La lápida más antigua, hoy fracturada y repuesta, es de 1851.

VÍA CRUCIS

Los hitos del Vía Crucis se encuentran en el cerro norte del pueblo y uno en calle copera. El via crucis o recorrido en recuerdo de algunos de los momentos más destacados del Camino de Cristo del Pretorio al Calvario.  Cada uno de esos momentos de la pasión de Cristo, se indicaba mediante un pilar o estación de penitencia. El vía crucis terminada sobre la antigua ermita del calvario, donde sería la estación final.  Esa ermita paso a ser el fuerte del calvario o fuerte Quirós; En el manifiesto de Casares de 1813 dice que se edificó durante la guerra de la independencia. 

IGLESIA DE LA ENCARNACIÓN

Se trata de una iglesia de origen conventual (franciscano-capuchino) situada en el Llano de la Fuente, de donde procede su denominación popular como “Iglesia del Llano”. Presenta una sola nave que se ensancha en el crucero, dando lugar a la habitual planta en cruz. Cabe destacar la torre-campanario de influencia mudéjar, originaria del s. XVI, así como el patio trasero, que pertenecía al antiguo convento de los capuchinos fundado en 1731, y que tiene un jardín rodeado de pequeñas fuentes.

BAÑOS DE LA HEDIONDA

Los conocidos como Baños de la Hedionda constituyen uno de los hitos históricos del macizo de la Utrera y en general de todo Casares. Su peculiaridad como Baños Sulfurosos y lo dilatado de su aprovechamiento por el hombre desde tiempos históricos han venido a enriquecer su papel no sólo como realidad histórica y científica, sino como elemento cultural de primer orden, que ha debido influir en el acerbo cultural del pueblo desde muy antiguo, y que goza además de una situación geográfica idónea en el marco de un territorio particularmente rico en actividades humanas desde la antigüedad.

Los baños cuentan con multitud de leyendas que intentan dar respuesta a su origen. Una de ellas reúne los elementos mágico-creenciales típicos: según cuentan, el demonio que habitaba en esta agua exhaló el último suspiro al ser expulsado por Santiago, lo que confirió al agua su olor a azufre. Esta leyenda es recogida por múltiples autores, viajeros todos, algunos de los cuales introducen ciertas modificaciones. Sin embargo la más popular es la que le atribuye un noble origen histórico: el año 61 a.C., las tropas romanas se encontrarían acampadas en aquella zona dispuestas a enfrentarse con las de Pompeyo y, encontrándose infectadas de sarna, hallarían alivio bañándose allí; aunque, según otros, el propio Julio César curó de una infección herpética y mandó construir los baños que hoy se conservan.

Lo que sí es cierto es que desde los más antiguos tratados geográficos en los que se habla del municipio de Casares se hace referencia a las propiedades curativas de la fuente de la Hedionda y su localización. Sea como fuere, la importancia histórica nos viene dada por el recinto balneario, inicialmente romano en su captación y adaptación al uso de la fuente. Remodelaciones posteriores, fruto de la variación en los niveles de caudal del venero hace que los árabes retoquen su estructura y amplíen sus muros y canalizaciones, sacadas a la luz en la última intervención arqueológica en los inicios del 90. Además, a partir del año 2016, estos baños cuentan con piscinas naturales.

El conjunto de los baños se completa con obras desde el XVII hasta fines del XX, aún conservadas en parte. Aunque la entidad de los restos encontrados, pudieran parecernos poco acordes con la magnificencia romana en este tipo de construcciones, los estudios realizados parecen confirmar este origen romano, si bien se deben haber producido algunas alteraciones de la primitiva estructura.

Juan Pérez de Vargas y Salas, un tío abuelo de Blas Infante, frecuentaba los baños de la Hedionda y así como también lo hará Blas Infante con su madre Ginesa, a quien le compró un pequeño pabellón en este lugar.

Desde las Concejalías de de Turismo y Cultura del Ayuntamiento de Casares  se insiste en la necesidad de proteger estos baños del alto valor histórico,  teniendo en cuenta el gran número de visitas que recibe el recinto en temporada alta por ello en los meses de julio y agosto es necesario hacer reserva para acceder a la zona de la cúpula.

Para más información sobre las reservas: 952 89 5521

PUENTE-ACUEDUCTO DE LOS BAÑOS

Cercano a los Baños de la Hedionda, y sobre el Arroyo Albarrá aparece el puente de los Baños. Construido en el siglo XVI y restaurado en el XVIII, está relacionado con la acequia de riego y el paso de personas entre ambos márgenes, especialmente entre los Baños y el Camino del Vallecillo, sirviendo al mismo tiempo de acueducto para la acequia de agua general.

La construcción en piedra caliza de la próxima Sierra de la Utrera, está efectuada con dos ojos sobre el río y una longitud de 45 metros, con una altura sobre el nivel normal del río de 2 metros. De airosa estructura, presenta sin embargo una notoria robustez en sus basamentos que lo ha hecho mantenerse hasta nuestros días.

LACIPO

Blas Infante pasea numerosas veces por las ruinas de la ciudad turdetana y romana de Lacipo – una de las más importantes de la Bética y que llega a acuñar moneda propia -, de donde recopila diferentes piezas arqueológicas hoy custodiadas y catalogadas  en su casa de Coría del Río.

Lacipo ha sido declarado Bien de Interés Cultural en 1996.  Las ruinas de la antigua ciudad de Lacipo se encuentran ubicadas a tres kilómetros de Casares, sobre un elevado promontorio de 304 metros de altitud y forma oblonga. El conocido como cerro El Pellizcoso o Alechipe da su cara oeste hacia la junta de los ríos Genal y Guadiaro y limita al no-reste con la sierra de Cretellina. Es un hermoso enclave, desde donde se divisa su dilatada y fértil campiña.

El lugar, del que ya hablara Plinio, vuelve a ser conocido a partir de 1663 gracias al manuscrito de Fariñas del Corral. A partir de entonces, sería visitado por estudiosos del mundo romano locales y extranjeros.

De la ciudad, además de restos de muralla, viviendas y algún edificio público, quedan diseminados por el territorio los restos de un acueducto de unos 4 Km que toma sus aguas en el barranco del arroyo Albarral.

El trazado de este acueducto, muy mutilado por el paso del tiempo y la acción de la mano del hombre, puede seguirse parcialmente desde las tres cisternas para acumulación de agua que se conservan en la villa de Lacipo, hasta su captación en la Fuente Grande.

Las cisternas son depósitos rectangulares, cubiertos con bóveda de cañón, construidos en en hormigón romano y recubiertos con opus signi-num para mantener su estanqueidad al agua.

Tiene una capacidad cada una de ellas de unos 8 m3. Se encuentran en el extremo sureste del cerro del Pellizcoso. Hasta aquí llegaba el acueducto aéreo que atravesaba el monte Ferrete, cortijo Ferrete y el valle de Alechipe, hoy conocido como cortijo de los Chipres. Desde este punto conectaba con la ladera de la Sierra Crestellina y es precisamente a partir de ahí y hasta la captación del canal donde se localizan la mayor parte de los restos del acueducto. Una serie de pilas, casi completas jalonan la ladera, en pleno precipicio y adosadas a la masa rocosa de dicha sierra por su cara casareña. Doblando en ángulo recto hacia el sur, atraviesa el arroyo Albarral, dirección al macizo geológico de Matagallar, paralelo a la sierra Crestellina pero al este. Aquí se encuentra el manantial llamado Fuente Grande, de donde toma sus aguas el canal.

El acueducto se ha venido datando en el siglo II d. C. ya que fue el momento de mayor expansión de la urbe. A partir del siglo V la ciudad cae en decadencia y poco a poco en el olvido.

En 1975 y 1976 Lacipo fue objeto de excavaciones arqueológicas que sacaron a la luz materiales, hoy depositado en el Museo Arqueológico Provincial de Málaga, que permitieron conocer más a fondo este asentamiento, así como su importante papel en el desarrollo histórico del territorio.

TORRE DE LA SAL

Situada sobre un promontorio de la costa casareña entre el río Manilva y el Arroyo Camarate, se encuentra la Torre de la Sal o Torre del Salto de la Mora, como también es conocida. Cuenta con dos alturas, y además tiene la peculiaridad de poseer una planta cuadrada, lo que la diferencia del resto de torres que nos encontramos a lo largo de la costa. Y es que, a diferencia de éstas, la Torre de la Sal no sería una torre de vigilancia propiamente dicha.

Su cuerpo inferior es más amplio que el superior, probablemente como solución arquitectónica motivada por los empujes del edificio, y ambos están cubiertos con bóvedas octogonales vaídas sobre trompas. Hoy en día no se conserva la puerta levadiza que ordenara construir el emperador Carlos I, que daba entrada al monumento, y que viene protegida por la ladronera del terrado y la ventana abierta en la parte superior, que ahondan en su defensa, ya que se trataba de la parte más vulnerable de la edificación.

La conocemos desde el siglo XVI donde aparece integrada en el sistema oficial de torres de la marina. Parece que se trata de obra islámica y más concretamente, por su tipología, nazarí.

En 1567 viene mencionada como “…Castillo adonde el Duque de Arcos quiso poblar un lugar…” de acuerdo a orden dada por Carlos I en 1528. El Duque construiría igualmente unas salinas en sus inmediaciones de donde derivaría su nombre actual; no obstante, en 1571 aún no estaba terminada.

En la actualidad está incluida en el “Proyecto de Restauración de las Torres Vigía Históricas de la Provincia de Málaga”, fomentado por el Ministerio de Medio Ambiente, Dirección General de Costas, y que supondrá la mejora de su estado, con vistas a un futuro posible uso turístico y cultural del monumento.

PLAYAS

Casares cuenta con un total de cuatro playas que ofrecen servicios de sanitarios y de salvamento, además de disponer de baños y duchas, paneles informativos y adaptación para personas con movilidad reducida como las sillas anfibio.

PLAYA ANCHA:

Su extensión es de 1.300 metros de largo por 50 metros de ancho. El nivel medio de ocupación es alto. Se trata de una playa urbana con paseo marítimo, accesibilidad para personas con movilidad reducida y servicios sanitarios y de salvamento. Está compuesta principalmente por arena oscura y cuenta con dos pistas de voley-playa y porterías de fútbol. El estado habitual de la mar es aguas tranquilas. Dotada de bandera azul.

PIEDRA PALOMA:

La Playa Piedra Paloma se trata de una playa canina que está delimitada al oeste por la Torre de la Sal, y al este por la Piedra Paloma. Está formada por piedras y arena, y hasta hace poco se encontraba en estado semi-natural, ya que no existía ninguna edificación ni se prestaba ningún tipo de servicio. Recientemente se ha construido un chiringuito.

PLAYA CHICA:

Está limitada en su extensión por un acantilado cubierto parcialmente por vegetación. Sólo dispone de accesos peatonales.

PLAYA LA SAL:

Ocupa un tramo de 4.100 m2 y se accede desde el paseo de la Perla de la Bahía (junto a la Torre de la Sal).