Patrimonio

3. PATRIMONIO

Casa de Blas Infante

La casa nº 7 de la calle Diego Pérez Pascual, conocida popularmente como la Casa de Blas Infante, fue residencia del padre de la Patria Andaluza durante su estancia en Isla Cristina, desde 1923 hasta 1931, como así reza en una lápida colocada en su fachada.

Aunque Blas Infante tomó posesión de la notaría de Isla Cristina el mes de julio del año 1922 no fue hasta el año siguiente cuando se instaló con su esposa en esta casa de la entonces llamada c/ Real, como así queda reflejado en el Padrón de Habitantes del año 1930, donde aparecen inscritos en el domicilio de la c/ Real nº 9, con siete años de residencia, el matrimonio Infante García, con 2 hijos y 3 sirvientas. 

En esta casa tenía su notaría y también su vivienda y en ella nacieron sus dos hijas, la primera, Luisa, en 1928 y la segunda, María de los Ángeles, en el año 1930. La casa, de cierto estilo neomudéjar, estaba decorada muy en consonancia con los gustos de Blas Infante que había quedado muy influenciado por su viaje a Marruecos hasta el punto de referirse en un periódico local lo siguiente “la casa daba la sensación de ser una vivienda islamista, donde se apetece quemar perfumes en un vaso de bronce y leer el Corán echado sobre blandos cojines”.

Se trata de una casa de dos plantas, cuya singularidad reside en su fachada, recubierta en su totalidad por ladrillos vistos. En la planta baja encontramos un azulejo que explica parte de su historia, además de la puerta de acceso y la ventana saliente, tan característica en los casas de familias notables de la época. La planta alta cuenta con dos balcones con dos vanos enmarcados por alfices de ladrillos y separados por parteluz realizados con columnas de fundición.

La ubicación de la casa era inmejorable, al encontrarse en la zona del Paseo de las Flores, desde sus orígenes centro neurálgico de la población. Puede decirse que se configuró allá por el año de 1757, inmediatamente después del inicio de la población, cuando los primeros pobladores construyeron una choza para destinarla a capilla y delante de ella dejaron una amplia zona que adquiriría la apariencia de plazoleta a donde iban a desembocar algunas incipientes calles del lugar.

En ella estuvo siempre ubicada la primitiva iglesia parroquial, primero como capilla de junco o choza y luego, más tarde, de mampostería.

En 1915 fue inaugurado el Ayuntamiento Municipal en dicha plaza, por lo que surgieron alrededor edificaciones de elegante traza, sociedades de recreo, bares y comercios, que le daban prestancia, que hoy en día demuestran el buen gusto y la ambición por las proporciones, prueba de ello es el edificio del Casino La Unión, la Casa de Gildita y las viviendas de la burguesía de la época y de los grandes conserveros: Casa de Don Justo, Casa de Román Pérez, Casa de Pérez Pascual, etc. valiosas todas ellas tanto en su exterior como en su interior. 

Patio San Francisco

En la calle de San Francisco, en el corazón del Casco Antiguo se encuentra este típico patio de vecinos, a modo de corrala, con zona porticada en sus dos plantas. Cuenta con un patio alrededor del cual se localizaban las distintas viviendas; la estructura se repite en la planta alta, marcando un rasgo característico en este tipo de edificaciones. Es de un gran interés turístico por lo singular de su tipología, muy común en las casas de vecinos a principios del siglo XIX y que se plasma fielmente en este inmueble.

El fin de estos patios de vecinos era acoger a varias familias, a modo de pequeño barrio comunal; existía una fuente central donde se abastecían las casas de agua potable, y donde a modo de plaza los distintos vecinos podían coincidir y charlar. 

El Patio de San Francisco funcionaba como un pequeño lugar de reunión, donde se creó la Logía Masónica “Regeneración isleña nº 274” el 22 de abril de 1890, sociedad secreta compuesta de 10 miembros de profesiones: comerciantes, industriales, capitán de puerto y profesor de primaria.

 Otro rasgo de interés de este edificio son los dos blasones claramente masónicos que se conservan en la fachada exterior del edificio, sobre las puertas de acceso. 

Actualmente el Patio de San Francisco acoge en su interior oficinas municipales, la Oficina de Turismo, así como una muestra dedicada al Carnaval de Isla Cristina donde se acogen carteles, trajes de reinas, tocados y disfraces de distintos años.

Casa de Román Pérez

Román Pérez Romeu fue un personaje de gran relevancia en Isla Cristina, ostentando la alcaldía de la localidad entre 1918 y 1927 y siendo nombrado presidente de la Diputación provincial en 1926. Durante su gobierno se realizaron importantes labores en pro de la cultura, creando la primera biblioteca. Pero además, hizo grandes obras urbanística, dotando al pueblo de infraestructuras modernas, plazas, enlozados, etc. Y anexionó la barriada de Puente Carreras o de Román Pérez a la ciudad. Por todo ello se le concedió los títulos de Hijo Predilecto y Alcalde Honorario Perpetuo y recibió la Gran Cruz de la Orden de Isabel La Católica.

En 1918 D. Román Pérez Romeu, contrajo matrimonio con Adelaida Caballero Cuchí y se mudaban a su nueva casa en la calle Real, hoy Diego Pérez Pascual. El edificio, levantado entre los años 1916 y 1917 y alejado de la arquitectura tradicional local, destacaba sobre el conjunto de viviendas de la zona y estaba amueblado y decorado de manera extraordinaria para esa época, sobresaliendo la zona de la entrada en el domicilio donde destacaban la escalera y la chimenea, realizadas en maderas nobles y que se conserva actualmente. En ella se unen el estilo modernista, el regionalismo y el neoclasicismo.

Doña Adelaida Caballero Cuchí, siendo ya viuda de Román Pérez, vendió al ayuntamiento, en la década de los años 80 del siglo pasado por un módico precio, su casa, con la condición de que el inmueble fuera conservado, rehabilitado y destinado a usos culturales o educativos, por lo que alberga, desde su inauguración, la biblioteca municipal. En su interior posee el “salón noble”, con piezas originales y mobiliario del primer ayuntamiento de Isla Cristina.

Casinos

Siempre contó Isla Cristina con varios Centros de Recreo y Sociedades Culturales como el Casino la Unión, conocido popularmente como “casino de los pobres” y el Círculo Mercantil o “casino de los ricos”, establecido en los bajos de la casa de Gildita.

La Sociedad “La Unión” ha constituido, a través de los años, un histórico círculo de recreo en que isleños de diversas clases sociales han convivido celebrando encuentros, reuniones, bailes y actos culturales, etc.

El edificio consta de 2 plantas, fue inaugurado en el año de 1922, siendo maestro de obras D. José Flores González, constituyéndose la sociedad con 500 socios.

Después de 85 años manteniendo su estructura inicial, la desaparecida sociedad de Casino La Unión, el edificio sigue abierto al público como Casino-Bar, pero no como sociedad, y en él vuelve a reunirse como antaño la juventud isleña. 

Junto al Casino se encuentra otro emblemático edificio del paisaje urbano de Isla que es la Casa de Gildita, proyecto promovido y diseñado por Dña. Hermenegilda Zamorano, redactado al parecer por Hijos de Gutiérrez y construido por el maestro de obra onubense D. José Gutiérrez. Es de claro tinte neoclásico, con elementos de clara influencia modernista, como son las rejas de los balcones o los motivos vegetales que adornan las ménsulas.

Este edificio, reconstruido recientemente, fue derribado en el año 1993, y en su planta baja acogió la sociedad “Círculo Industrial Mercantil”, popularmente conocido como “casino de los ricos”, sede de la élite social isleña formada por los dueños de las fábricas de conservas y grandes embarcaciones de pesca, desempeñó cierta labor social hasta los años 70 del siglo pasado en que pasó a ser sede de la Peña de Amigos del Carnaval hasta finales de los años 80, peña que por cierto realizó una labor cultural incuestionable pero que desafortunadamente desapareció entre otras razones por el mal estado del edificio.

A principios de siglo XXI fue reconstruido el edificio por el arquitecto D. Alfonso Martínez Chacón, respetando los elementos decorativos y arquitectónicos existentes antes de la demolición del primitivo edificio. Así, podemos ver pilastras rematadas con pináculos, ménsulas en los balcones curvos, mirador de planta curva en la esquina, color blanco que crea efectos claroscuros. También se respeta la originalidad de diferenciar las dos fachadas del edificio, la que da a la Plaza de las Flores en blanca, y la norte a base de fondo de mortero en color rojo y recercado de ladrillos.

Casa de Don Justo

Casa de la burguesía conservera, data de 1927 y se ubica en el Paseo de las Flores. Residencia de la familia Rosselló, fue encargado su diseño en 1927 al arquitecto Aníbal González, destacando su decoración de azulejos en la fachada, y siendo su constructor el maestro albañil Saturio Santiago.

Con sólo mirar la casa podemos observar que se caracteriza por un marcado restilo regionalista, de fachada de ladrillos vistos, profusa azulejería decorativa y balaustradas de cerámica que recuerdan a la obra que este arquitecto tiene repartida por la provincia de Huelva y al repertorio decorativo de su gran obra, la Plaza de España de Sevilla.

Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores

Se inició en 1929 cuando los feligreses querían una iglesia mayor. La primera iglesia estaba en la actual Plaza de las Flores, pero el 27 de Julio de 1936, fue profanada y destruida por un grupo de exaltados de la guerra civil.

Es un bello edificio religioso de arquitectura tradicional diocesana que asimila distintas tendencias constructivas de diferentes épocas. Fueron realizadores del proyecto los arquitectos D. Alberto Balbotín de Orta y D. Antonio Delgado Roig.

La iglesia se construyó por donaciones de los isleños, pero al coincidir con la difícil etapa económica de la posguerra de 1936-1939, se demoró forzosamente. Se coloca la primera piedra el 8 de diciembre de 1942, pero no fue bendecida hasta el 5 de diciembre de 1954.

El templo, de planta basilical, consta de tres naves, situándose en las laterales varias capillas y altares, así como el Sagrario. Los arcos que dividen las naves se encuentran apuntados sobre pilares y los huecos de iluminación son de forma ojival. Posee una torre campanario de estilo clásico barroco con reminiscencia mudéjar. En ella están instaladas 9 campanas  y la corona la imagen de la Virgen del Carmen. 

La fachada principal de la Iglesia está formada por muros lisos de tradición almohade, en los que están colocados tres cuadros de cerámica de 2 x 1,10, que representan a la Virgen del Carmen, a la Virgen del Rosario y a la Virgen de los Dolores.

 En esta iglesia se encuentra  Ntra. Sra. de los Dolores, de Sebastián Santos Rojas, el Cristo de la Vida, de José Sanjuán Navarro, Cristo en su entrada Triunfal y la Reina de los Ángeles, ambos de José Vázquez Sánchez. Cristo Cautivo y Ntra. Sra. de la Paz son de José Vázquez Sánchez. Ntra. Sra. de la Piedad, es de pasta de madera y el autor del molde es desconocido, siendo realizada en la fábrica de Olot.

Merece gran atención la imagen del Virgen de la Soledad,  de la escuela granadina y de autor desconocido de finales del S. XVIII, por último la efigie del Stmo. Cristo Yacente de José Planes Peñalver, uno de los autores más importantes del S. XX.

Mencionar a Ntra. Sra. del Carmen, patrona de los marineros y atribuida a Antonio Infante, celebrándose su festividad desde el 16 de Julio de 1929, cuando regresó de una restauración celebrándose fiesta local.

Y por último, Ntra. Sra. del Rosario, patrona del pueblo desde 1788, cuando los marineros isleños la proclamaron Patrona mientras le rezaban una emotiva plegaria. Esta imagen fue traída desde Mataró, por lo que no se conoce autor ni año de realización.

Palomar de la Huerta Noble

Ubicado en la Entidad Local Autónoma de La Redondela, el Palomar pertenece al conjunto residencial de Huerta Noble, declarado Bien de Interés Cultural por su interés etnológico en 2003, mandado a construir en 1750 por el indiano Manuel Rivero González.

Este complejo agrario-industrial  tenía un gran componente social, ya que representaba una forma de vida de la burguesía agraria de la época. Traslada al campo el refinamiento y el lujo de la vida urbana, permitiendo que convivan construcciones populares de uso agrícola y casas señoriales. Por tanto, constituye un ejemplo arquitectónico de una tipología de explotación agrícola muy escasa en tierras onubenses.

Estaba formado por una zona residencial, un pequeño oratorio, dos norias, dos albercas, un molino de aceite y un palomar. Todo ello dentro de un muro perimetral que poseía un conjunto de azulejos magníficos realizados en Holanda en mitad del  XVIII por Jan Aalmis, que representa un Vía Crucis. 

Actualmente, la zona visitable y en perfecto estado es el Palomar. Su planta tiene forma rectangular, mientras que su interior está dividido en nueve calles longitudinales en dirección norte-sur, cortadas en el centro y extremos por tres calles transversales en dirección este-oeste. Los nidos de las palomas se encuentran dispuestos en bandas horizontales de tres filas cada una y separadas unas bandas de otras por una hilera de ladrillos. Y en el cruce de las calles se conforman arcos de medio punto, dando la sensación de galería en el interior. De esta forma, el palomar queda abierto en su parte superior, para facilitar la entrada y salida de las palomas, contando con una cúpula coronada por un pequeño cuerpo de mampostería, que sostiene una veleta de hierro con flecha y cruz de remate. Como elementos decorativos podemos encontrar la linterna y los cuatro pináculos de las esquinas de influencia francesa, que eran muy frecuentes en los columbarios, cumpliendo en este caso una utilidad, puesto que en su interior también se incluyeron algunos nidos. En total, se calcula que el columbario de Huerta Noble cuenta con 70.000 palomeras realizadas con vasijas de cerámica, muy parecidos a los cangilones que se utilizan para la pesca del pulpo. A principios del siglo XX la colonia estaba formada por unas 20.000 palomas y, aunque llegaron a desaparecer, en la actualidad se pueden volver a ver en su interior.

Puerto pesquero

El puerto pesquero de Isla Cristina, se encuentra situado en la desembocadura de la ría Carreras, posee un calado de bocana de 3 metros y un muelle con una longitud de 582 metros. En la actualidad, el puerto pesquero de Isla Cristina es el más importante de Andalucía  y uno de los primeros a nivel nacional, tanto por su flota, dedicada a la captura de pescados y mariscos frescos del día, rango cualitativo de la lonja isleña, como por la alta consideración que alcanzan sus productos en los mercados nacionales e internacionales.

Se desarrolló como forma de apoyar, en origen, la actividad pesquera de los primeros colonos de la zona del siglo XVIII. 

La modernización de la flota y la búsqueda de nuevas técnicas de pesca han sido una constante durante su desarrollo, introduciendo innovaciones a nivel nacional en las artes de pesca como la tarrafa, a finales del siglo XIX. Ya en el XX, la reconversión del sector restó importancia al puerto para dársela a las piscifactorías, a la vez que se añadía actividad de I+D al sector con centros de innovación como el CIT-Garum.

El puerto posee una lonja que da servicio a la flota isleña, Lonja de Isla Cristina, S.L.. Se constituye como empresa en marzo de 1999, formada y gestionada a partes iguales por la Asociación de Armadores de Isla Cristina y la Cofradía de Pescadores, antes era gestionada públicamente.

Las primeras normas reguladoras del funcionamiento de la lonja isleña, las hallamos en un importante documento, bando, fechado en 1805 y emitido por el gobernador de la Isla, en el que se ponía de manifiesto que ya, la subasta del pescado, se realizaba a la baja, como en la actualidad. Hasta 1900 no hay constancia de que la zona destinada para la venta del pescado se cubriese y se rodeara de poyos de material, destinándose a la venta exclusiva del pescado, para la venta del marisco se disponía de una zona inmediata, al descubierto.

La base de la industria era la sardina y el atún, aunque ya durante el último cuarto de siglo había tomado un incremento considerable las ventas de pescado y de marisco.

Los exportadores de pescado a otros pueblos eran llamados arrieros, ya que el transporte se hacía a lomos de caballerías y en algunos casos con carretas, situación que comenzó a cambiar a partir de 1921 en que se estrenó el servicio de camión a los enlaces ferroviarios de Gibraleón y Huelva. Para convocar a los vendedores y compradores se utilizaba una campana, “La campana de la lota”, seña de identidad de la lonja isleña que estuvo en servicio durante muchos años.

Lonja de Isla, tiene implantado un sistema de informatización de subasta, y tiene su marca registrada: “PESCADOS Y MARISCOS DE ISLA CRISTINA”.

Entre los servicios más importantes que ofrece la lonja, encontramos la fábrica de hielo, suministro de gasóleo y la subasta.

Desde el año 2003, la Lonja de Isla Cristina explota la planta de producción de hielo en el puerto de Isla Cristina. Está ubicada en la antigua fábrica de salazón de San Antonio desde que, en 1977, la Cofradía de Pescadores “Virgen del Carmen” la pusiese en marcha. Es una planta moderna y productiva que surte de hielo a toda la flota del puerto de Isla Cristina y alrededores.

Así mismo, desde 2001, la Lonja contrató con CEPSA la concesión de la explotación del poste de suministro de gasóleo, a fin de buscar mayor beneficio para el sector pesquero, puesto que hoy en día el puerto de Isla Cristina ofrece a sus embarcaciones un suministro de gasóleo a un precio muy por debajo al de otros puertos.

Monumento a la Cultura y al Saber

Ubicado en el Paseo de las Palmeras, una de las vías peatonales más históricas de Isla Cristina. El desarrollo de esta avenida está sujeto a importantes renovaciones, desde que catalanes y valencianos pisaron por vez primera nuestro suelo, adaptándosele diversos nombres a medida que pasaban los años y nuestra población crecía a pasos agigantados.

Cuando sólo era un estero bordeado de marisma, poblado por chozas de madera y juncos que era habitadas por la clase marinera más humilde, se le conoció como calle Cuquimán, en el S. XIX fue rotulada como Buenavista y Ancha hasta que en 1910, el alcalde isleño José Antonio Zarandieta Roselló, decidió urbanizar la zona sustituyendo las primitivas chozas por edificios de adobes y ladrillos.

Este inmortal alcalde, enamorado de la naturaleza efectuó las gestiones necesarias para sembrar la calle de palmeras, consiguiendo embellecerlas y quitarles el sello de pobreza que había tenido hasta entonces.

Don Román Pérez Romeu, alcalde isleño entre 1918 y 1927, pavimentó su suelo con losas de cemento y tuvo la feliz idea entre 1922 y 1925 de modernizarla, instalando a ambos lados del paseo, entre palmeras, bancos de hierro y farolas, ocho bancos de mosaicos así como, una artística fuente que cerraba dicha avenida.

Los cuatros bancos centrales, levantados dos a cada lado del paseo, presentaron una novedad importante. Estos asientos de cerámica contenían en originales estantes laterales, unos espacios- biblioteca repletos de libros para estudiantes, así como de autores literarios celebres y diccionarios completos, que potenciaron la formación cultural de nuestra juventud en las décadas de los años 20 y 30.

Durante la primera mitad de la década de los años 40, estos bancos ya deteriorados, fueron sustituidos por unos de hierro. Y, en 2005, año en que se celebra el 250 aniversario fundacional de Isla Cristina, se decide reproducir uno de estos bancos como homenaje a la cultura, mostrando en la decoración de sus azulejos elementos importantes y definitorios del Patrimonio de la localidad, su cultura, tradiciones y saber.

Monumentos al Marinero y a la Mujer Estibadora

Desde 1972 se venía hablando de la erección de un monumento al marinero isleño que testimonian el amor, respeto, protección e interés de nuestra Ciudad por todo lo que significa la vida de nuestros hombres de la mar y la industria pesquera y que sirviera para resaltar nuestra vocación marinera, el trabajo marinero, la vida del mar, su riesgo, la muerte del pescador, etc.

Esta iniciativa la tomó la Asociación de Amigos de Isla Cristina en Madrid, quien hizo suyo el proyecto y lo desarrolló de forma totalmente altruista, financiandose por suscripción popular y donativos de diversos organismos oficiales e instituciones. Mencionemos a título de curiosidad que incluso S. A. R. El Conde de Barcelona colaboró con un donativo.

El monumento en sí es una obra del escultor isleño Carlos Silva Escobar y del arquitecto Gonzalo Cano Romero que también realizaron su trabajo de una forma gratuita, y aunque en un principio estaba previsto que la escultura fuera de bronce, al final se realizó en piedra en unos talleres de Madrid.

Se inaugura el 15 de julio de 1979, con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen.

En el año 2005, Isla Cristina celebra el 250 Aniversario Fundacional de la Ciudad. Con motivo de esta efeméride se celebraron numerosos actos, entre ellos la inauguración de varios monumentos que contribuyeron a recordar y ensalzar las labores típicas de la localidad y a las personas que durante años se dedicaron a ellas, sustentando la economía de Isla Cristina.

Una de ellas es el Monumento a la Mujer Estibadora, homenaje a la mujer conservera que, mientras sus maridos estaban en el mar, sacaban adelante sus casas realizando un oficio de gran tradición y relevancia en Isla Cristina y que sigue siendo patrimonio de la mujer isleña.

Fue realizado por el artista local Francisco José Zamudio Barroso, en bronce fundido.

Marismas de Isla Cristina

Las marismas de Isla Cristina ocupan 2.145 ha. , están declaradas paraje natural desde el 18 de julio de 1989. La mayor parte de este territorio protegido está constituido por marismas mareales, cuya vegetación se caracteriza por sus adaptaciones al medio salino, como: almajos, espartina, salado, etc.

Su rica avifauna, se caracteriza por sus aves adaptadas al medio acuático. Entre éstas se pueden encontrar: el flamenco, espátula, cigüeñuela, avocetas, etc.

En este paraje se encuentra un antiguo Molino de Mareas. Aunque no se conoce su fecha con exactitud se presume que es de mediados del siglo XVIII. De planta rectangular, orientado en un eje sudoeste-noroeste, sobre dos arcadas reforzadas con tamajares que, al igual que en los puentes, dirigían la dirección de la marea o corriente y cubierta a doble vertiente. Conserva en buen estado su sistema hidráulico, así como la edificación y sala de molienda.

Es un típico molino de marea de los existentes en el litoral atlántico europeo. Éstos aprovechan las subidas y bajadas periódicas del nivel del mar para poner en marcha los mecanismos que hacen girar las piedras del molino, responsables de la trituración del cereal y de su transformación en harina. El lugar de ubicación de este tipo de molinos se elegía buscando un entrante costero, que se llenase con la pleamar y quedase completamente libre con la bajamar.

Su funcionamiento es el siguiente: cuando la marea sube, el agua va inundando las zonas más altas de las marismas, de manera que una vez es alcanzada la pleamar el agua queda retenida mediante un sistema de compuertas.

Una vez la marea empieza a bajar y hay un desnivel suficiente, se abren las compuertas liberando el agua hacia el mar. Ese flujo de agua es el que hace girar una rueda que transmite la energía a los engranajes que accionan las piedras del molino. Después de la bajamar, el nivel del agua empieza de nuevo a subir y el molino va perdiendo potencia hasta que se detiene, repitiendo el ciclo cuando la marea alta vuelve a llenar la reserva de agua del molino. Se observa, por tanto, que estos molinos trabajan de forma intermitente durante períodos cíclicos de seis horas coincidiendo con las mareas.

Salinas

Era el método tradicional de conservación del pescado antes de que se inventara el frigorífico. Se sabe que los fenicios y tartessos  realizaban en nuestras costas  el proceso de salazón.

Los romanos tenían la costa plagada de factorías de salazón para  la salazón del pescado.

Cuando más importante ha sido la actividad de la salina en nuestra marisma, fue desde mediados del siglo pasado hasta mediados del actual, las salinas llegaron a ocupar el 30% del todo el territorio de la marisma. En la actualidad se explota el 1% de la marisma.

Las salinas proceden de porciones de marismas que fueron transformadas artificialmente para la extracción  de sal. Consta de unas series de estanques que se comunican entre sí a través de un sistema de compuertas regulables. Se distingue tres zonas: de captación, de preparación y de cristalización de las aguas, que muestran siguiendo este orden un grado de salinidad creciente, y el agua pasa de un lado a otro por diferencia de nivel.

captación: 1 – 1.5 m

preparación: 5 -15 cm

cristalización: 5 – 0 cm

Los espesores de las capas de agua van siendo menores para favorecer el calentamiento y la evaporación.

Playas

Las playas de Isla Cristina, de fina y doradas arenas, forman parte del patrimonio natural, y ocupan 10 Km. Con las denominaciones de Punta del Caimán o Isla de la Gaviota, Playa de El Cantil, Parque Litoral, Caminito Santana, Central, Del Hoyo, Casita Azul, Cruce de La Redondela, Urbasur e Islantilla, forman parte del conjunto de playas rodeadas por un gran cordón dunar y pinares de gran valor ecológico. En las dunas cabe destacar una inmensa vegetación xerófila, carretón de playa, cardo marítimo, lirio de mar y euforbia entre otras; y en el área de pinos la vegetación está compuesta  por pino piñonero, retama monosperma y junco. En esta área destacar la presencia del camaleón en peligro de extinción.

Cabe destacar, como elemento singular, el edificio Casita Azul, ubicada en la playa a la que da nombre. Actualmente alberga el “Espacio Casita Azul”, espacio de dinamización medioambiental y turístico. El edificio fue anteriormente una casa de guardería forestal del monte público denominado “Dunas de isla Cristina”. Fue construido aproximadamente en la década de los años cincuenta  mediante un sistema de construcción bastante similar utilizados en otras casas forestales, la estructura está formada por muros de ladrillos macizos  y el forjado por viguetas y bovedillas de cemento, en cuanto a la cubierta el tipo de construcción es el de azotea andaluza transitable , a la cual se accede a través de la escalera  que existe en el patio interior del edificio . Pero sin duda la característica  más peculiar es el torreón  que se levanta en una de las esquinas de la fachada principal , es totalmente diáfano y destaca la cubierta construida con teja árabe  sobre un entramado de madera en forma de espiga a cuatro aguas.