
Semana Santa
La Semana Santa tiene un importante lugar en la vida y en la historia de Cantillana. Una Semana Santa que ha sufrido mucho los devenires de los siglos y los acontecimientos que han dado, pero que, aun así, la Semana Mayor sigue conservando la esencia y la idiosincrasia de siglos pasados. Una Semana Santa que ha perdido mucho pero también ha ido ganando con la unión y el trabajo incansable de los cantillaneros. Actualmente, la Semana Santa de Cantillana se constituye en cinco espléndidos días con sus cinco corporaciones penitenciales que hacen Estación de Penitencia tras unos ricos y suntuosos cultos cuaresmales.
El primer día, el Sábado de Pasión, hace Estación de Penitencia la Agrupación Parroquial de la Sagrada Entrada en Jerusalén de Nuestro Señor Jesucristo (fundada en el año 2000), conocida como “La Borriquita” madrugadora. Acompañada con la alegría de nazarenitos blancos y la inocencia de los niños.
El segundo día de la Semana Santa Cantillanera la tenemos en la noche del Miércoles Santo con la Estación de Penitencia de la Hermandad Sacramental (fundada en 1561) y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia y Santa María de la Caridad (fundada en 1954), ambas Hermandades fusionadas en 1977. Una procesión llena de silencio, recogimiento y oración acompañados por nazarenos negro ceñidos con cinturón de esparto.
Siguen las jornadas en la tarde del Jueves Santo, día del Amor Fraterno, con la Hermandad de Nuestra Señora del Consuelo (fundada en el s. XVIII), una bellísima imagen de la Virgen acompañada por San Juan Evangelista bajo palio. Esta Hermandad tuvo un papel fundamental en la Semana Santa de nuestro pueblo al participar con varias cofradías ya extintas, en sus estaciones penitenciales.
Otra jornada muy especial es la noche de la madrugá cantillanera con la Estación de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Señor de los Pescadores. Una Hermandad fundada por este gremio en el siglo XVII y que, al igual de estos jornaleros, sale en la noche mágica siendo especialmente recomendable la mañana del Viernes Santo.
Para finalizar la Semana Santa de Cantillana, desde la misma mañana del Viernes Santo, los cantillaneros tienen la costumbre secular de visitar a su Patrona, a la Santísima Virgen de la Soledad, y al Santísimo Cristo Yacente dispuestos en sus respectivos pasos procesionales esperando caer la tarde para realizar su Estación de Penitencia. Un día especialmente festivo para Cantillana, a pesar de la seriedad y recogimiento con que se caracteriza este día, pero es la Patrona quien sale a la calle. Un cortejo con tres pasos e infinidades de detalles alusivos a la pasión y que son claros referentes de los orígenes fundacionales de la Hermandad allá por el siglo XVI tras la celebración del Concilio de Trento y que dieron lugar a muchas cofradías soleanas.
Día de Andalucía
Durante este día e incluso en días previos, son numerosas las actividades culturales y deportivas que se hace realizan con la colaboración de los diferentes centros educativos, culminando el día 28 de febrero, día de Andalucía, con la izada de la bandera con el canto del himno, pasacalles de la banda de música y siguiendo la celebración con diferentes actos. Destaca esta semana la realización de la ruta de la tapa donde los establecimientos hosteleros apuntados en la ruta, ofrecen con un precio abaratado, una serie de platos típicos del pueblo.
Procesión del Corpus Christi
En el mes de mayo o junio, según el calendario litúrgico, tiene lugar la celebración del Corpus Christi en Cantillana, fiesta que se celebra desde hace siglos. En la tarde de la víspera, el Niño Jesús de la Misericordia es trasladado desde su Ermita de la Misericordia hasta la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción.
El domingo, festividad del Corpus, Cantillana se engalana para recibir a Jesús Sacramentado sobre una alfombra de romero, juncia y hierbas aromáticas, se montan altares en el recorrido de la procesión del Santísimo Sacramento en su custodia de plata junto a los pasos del Niño de Dios, San José y la imagen de Santa Ángela de la Cruz, cotitular de la Hermandad Sacramental. En esta jornada festiva, los niños que han recibido la Primera Comunión desfilan abriendo el cortejo delante del paso del Niño Jesús.
Fiestas en Honor de Nuestra Señora de la Asunción
Se celebran tradicionalmente en agosto y septiembre. El 15 de agosto, Festividad litúrgica de la Asunción de la Virgen, es cuando la hermandad asuncionista celebra su Fiesta Principal. En este día, la Sagrada Imagen sale en Procesión a las 9 de la noche desde la Parroquia de la que es Titular. Entre miles de devotos que se acercan hasta el pueblo esta noche, recorre sus calles entre fuegos artificiales, cohetes, lluvias de pétalos y fachadas ricamente adornadas. No son menos los visitantes que también se acercan el penúltimo fin de semana de septiembre cuando se celebran las Fiestas de la Subida. Entre trajes de gitanas, colores, alegría, cante por sevillanas y cientos de caballistas, la carreta de plata procesiona con el simpecado de la Virgen por las calles del pueblo anunciando que por la noche la Asunción Gloriosa será elevada al Trono del Altar Mayor en representación de la Subida de la Virgen al cielo. (Texto proporcionado por la Hermandad)
Fiestas y Romería en honor a la Divina Pastora de las Almas.
Las Fiestas Mayores que Cantillana celebra en honor a la Divina Pastora de las Almas, tienen lugar en el mes de septiembre, fiestas declaradas de Interés Turístico. La celebración principal la constituye el día 8, que culmina a las 10 de la noche con la Procesión Triunfal de la Gloria de la imagen titular de la hermandad, obra atribuida al taller de Ruiz Gijón en el primer tercio del siglo XVIII. Unos de los momentos más destacados del recorrido tienen lugar en la calle Martín Rey, donde la Virgen es descubierta de su sombrero de Pastora por un sacerdote, entre el entusiasmo enfervorizado del pueblo. Las fiestas se cierran el último fin de semana con la popular y multitudinaria Romería al santuario de la Divina Pastora, situado en la aldea de los Pajares, donde es trasladado el simpecado en carreta de plata, o la Virgen cada cinco años, junto con cientos de caballistas, carreras típicamente enganchadas y miles de romeros a pie, que la acompañan en todo momento cantando sevillanas al son del tamboril. (Texto proporcionado por la Hermandad)