
¨Castro contigo¨

En el enclave geográfico de la campiña cordobesa, y bañado por las aguas del río Guadajoz encontramos la villa de Castro del Río, a 40 km. de Córdoba y 120 km. de Granada. Un territorio donde predominan la tierra calma y el olivar milenario. La presencia del río nos ofrece una vega dedicada a la actividad agrícola de las huertas, alimentadas antaño por numerosas norias que al arrullo de los azudes le dieron la fuerza que alimentó de vida a estas tierras llenas de historia.
Situada al sureste de la provincia de Córdoba ha sido desde sus inicios un núcleo de encuentro donde sus señas de identidad proceden de un pasado remoto en el que han dejado sus huellas diferentes civilizaciones (íberos, romanos, árabes, y cristianos) a través de su contribución cultural y de sus manifestaciones arquitectónicas. Aquí quedaron testigos de nuestra historia, el recinto amurallado, el castillo fortaleza, las iglesias y las casas solariegas…y repartidos en el entorno, restos de otras vidas de otros momentos que la tierra y el tiempo enterró para que ahora que intentamos encontrarnos en nuestro pasado, busquemos entre los restos romanos de los silos de Carchena y los íberos de Torreparedones el saber de lo que somos y de lo que fuimos. El paisaje tan singular de la campiña y la vega alimentada por los numerosos cursos fluviales lo convierten en una encrucijada para las aves migratorias que, entre cereal, olivo y taraje se refugian a lo largo de todo el año.
Esta situación privilegiada ha convertido a estas tierras en un cruce de caminos a lo largo de los tiempos y fruto de ello tenemos ahora rutas y senderos por redescubrir, que nos llevan a Córdoba,
al yacimiento romano de Ategua, a tierras de Granada por la ruta del Califato, por las vías pecuarias que nos acercan hacia la Ruta Mozárabe del Camino de Santiago..
Villa Cervantina
Miguel de Cervantes Saavedra llegó a Castro del Río en el año de 1587 por orden de Valdivia, con el objeto de efectuar una buena saca de trigo. Cervantes visitó en varias ocasiones nuestra Villa, y debido a sus truculentas comisiones, en una ocasión fue a dar con su huesos en la carcel del cabildo, situada en lo que hoy es Calle de los Dolres, y aquí, según el prestigioso cervantista Jean Canavaggio, se gestaron las primeras páginas de “El Quijote”. Cervantes embargó en Castro del Río 200 fanegas de trigo a un canónigo y el Consejo, justicia y regimiento de la Villa, 1.489 fanegas y media de trigo, así como cereales de propiedad eclesiástica. A lo largo de los último veintes años Castro del Río a albergado diferentes congresos internacionales entorno a la figura de Miguel de Cervantes y su obra.
Zona de Interés Artesanal de Andalucía
La Consejería de Turismo y Comercio de la Junta de Andalucía declaró al municipio de Castro del Río como Zona de Interés Artesanal de Andalucía. Esta declaración reconoce la relevancia y singularidad artesanal de Castro del Río, que se constituye como un referente en la elaboración del mueble en madera de olivo, una actividad que forma parte del legado cultural del municipio y mantiene, tanto sus técnicas y herramientas de trabajo tradicionales, como una estructura gremial, con maestros, oficiales y aprendices, que data del siglo XIX, a la importancia del tejido artesanal, se suman talleres de cerámica y la forja. Ligada a la artesanía, Castro del Río celebre desde hace más de diez años la Feria Artesanal “Ars Olea”, que convierte durante varios días de octubre al Barrio de la Villa, en el referente de lo mejor de la artesanía, la gastronomía y la cultura del olivo y en la que se dan cita gran número de expositores, entre empresas y asociaciones, relacionados con la artesanía la gastronomía y la cultura.
Blas Infante

La relación de Castro del Río con Blas Infante no es física sino ideológica: Castro del Río se convirtió desde 1913 en la “Capital del sindicalismo cordobés”, en palabras del notario e historiador cordobés Juan Díaz del Moral. Y, a partir de abril de 1915, la Federación Nacional de Agricultores (FAN) tuvo en Castro su cabeza centralizadora para toda la provincia de Córdoba. Esta relevancia culminará con la celebración de los Congresos anarcosindicalistas de 1918 y 1919. Estos congresos y su influencia sobre el movimiento político andaluz y en el propio Blas Infante son de esencial trascendencia. No es de extrañar que la Junta Liberalista de Andalucía eligiera Córdoba para la asamblea autonomista de 1919 ni que la primera vez que se registró el grito de “¡Viva Andalucía Libre!” fuera en una manifestación de obreros y jornaleros contra los caciques y por una reforma agraria fuera ese año en esa ciudad.